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Los residuos plásticos son uno de los problemas más importantes a nivel global y actualmente el tereftalato de polietileno (conocido como PET), es en cierta medida el material plástico más utilizado en nuestra vida diaria, y el que permanece visible por periodos de tiempo indefinido afectando a los seres vivos y alterando los ecosistemas.
Investigadores de la Universidad de Edimburgo (Escocia) han ideado una forma novedosa de abordar ese creciente problema de la contaminación plástica: mediante el uso de bacterias en el cual transforman los desechos plásticos en saborizantes de vainilla, un compuesto de sabor omnipresente en las industrias alimenticia y cosmética, y un producto químico a granel importante. Los expertos han utilizado Escherichia coli diseñada en laboratorio para transformar el tereftalato de polietileno en el compuesto de alto valor vainillina a través de una serie de reacciones químicas. Después de la optimización del proceso, se logró la conversión del 79% de ácido tereftalato a vainillina. Parámetros como la temperatura, la permeabilidad celular y la eliminación in situ del producto fueron claves para maximizar las concentraciones del compuesto saborizante. Creen que la transformación podría ser una forma de impulsar la economía circular, que tiene como objetivo eliminar el desperdicio, mantener los productos y materiales en uso y tener impactos positivos en la biología sintética.
Los investigadores afirman que el uso de microbios para convertir plásticos de desecho en vainilla producida sería apta para el consumo humano, pero se requieren más pruebas experimentales.