Fue un periodo caracterizado por la relativa estabilidad política tras los convulsionados
años que le siguieron a la Independencia. Los enormes ingresos obtenidos por el Estado
permitieron la expansión de la burocracia, la modernización de Lima, la eliminación del
tributo y la esclavitud, así como el surgimiento de la oligarquía; no obstante, la corrupción,
el incremento desmedido de la deuda pública y las malas inversiones terminaron en el
desastre económico de finales del siglo XIX.
El texto anterior caracteriza al periodo denominado