Y coincidimos en el terral el heladero con su carretilla averiada y yo que corría tras los pájaros del fuego de la estación. También coincidió el Sol. En esa situación cómo negarse a un favor llano: el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.
¡Oh!, cuidar lo fugaz bajo el Sol......
El hielo empezó a derretirse bajo mi sombra, tan desesperada como inútil. Diluyéndose dibujaba seres esbeltos y primordiales que sólo un instante tenían firmeza de cristal de cuarzo y enseguida eran formas puras como de montaña o planeta que se derrumba.
No se puede amar lo que tan rápido fuga. Ama rápido, me dijo el Sol. Y así aprendí en su ardiente y perverso reino, a cumplir con la vida: yo soy el guardián del hielo.
10. La afirmación: "Yo soy el guardián del hielo", implica que el narrador ha
A) logrado conservar el hielo intacto.
B) aprendido a vivir con el ardiente Sol.
C) encontrado un oficio para el verano.
D) entendido el significado del hielo.
E) aceptado lo efímero de la vida.